
Entrevista a Salomé Santos, directora Agrícola de Azucarera
Azucarera acaba de anunciar una reestructuración en la que se ha anunciado que toda la remolacha del norte se molturará en Toro. ¿Qué cambios va a sufrir el agricultor?
El agricultor no va a sufrir ningún cambio. Vamos a seguir ofreciendo el cultivo de remolacha en todas las zonas en las que tenemos presencia. Lo único que va a cambiar es que, en lugar de molturar en tres fábricas diferentes, lo haremos en la fábrica de Toro.
Además, nos seguiremos ocupando de organizar los arranques teniendo en cuenta la madurez del cultivo y las características de cada zona remolachera. Por ejemplo, para los agricultores del Páramo necesitan arrancar su remolacha en los meses de febrero y marzo, la fábrica estará operativa esos meses. Además, nos ocuparemos del coste logístico de transportar la remolacha a Toro, como lo hemos venido haciendo hasta ahora.
¿Por qué habéis tomado esta decisión?
Hemos tomado esta decisión difícil tras meditarla mucho y tener la certeza de que es una decisión necesaria para garantizar la sostenibilidad de Azucarera en el futuro. Con la inflación generada tras la invasión de Ucrania, los costes de las fábricas se han incrementado considerablemente. Además, a la hora de realizar inversiones, tenemos que presupuestarlas para las tres fábricas. Concentrando la producción en una sola fábrica, reduciremos costes y mejoraremos nuestra capacidad de hacer inversiones. Es imprescindible hacerlo por la gran volatilidad en los precios del azúcar que estamos sufriendo desde hace tiempo y la merma de las producciones en el campo. Debido a los efectos del cambio climático, sufrimos más plagas y enfermedades en el cultivo que antes, y cada vez hay menos principios activos autorizados para combatirlas. Esto es una desventaja competitiva importante frente a terceros países que, lamentablemente, tienen políticas sociales y medioambientales más laxas y sin embargo pueden exportar azúcar a Europa.
¿Por qué hemos decidido concentrar la producción en Toro?
Toro tiene dos silos, por lo que su capacidad de almacenamiento de azúcar es muy superior a La Bañeza, que tiene sólo un silo. Además, Toro dispone de superficie libre a su alrededor para nuevas inversiones como, por ejemplo, una planta de biogás.
¿El agricultor de las zonas más alejadas a Toro tendrá que pagar el transporte?
No. Nosotros nos ocupamos siempre de la logística, y lo seguiremos haciendo. En años anteriores ya hemos transportado remolacha cercana a La Bañeza a Toro sin coste para el agricultor. Lo seguiremos haciendo así, y trabajaremos proactivamente en mejorar la eficiencia de la logística.
¿Va a poder la fábrica de Toro absorber toda la remolacha si la superficie vuelve a crecer?
Sí. De hecho, nuestra intención es volver a crecer cuando el contexto de mercado lo permita.
¿Seguiréis apostando por la siembra de remolacha en las mismas zonas al no tener ya operativas las molturadoras de La Bañeza y Miranda de Ebro?
Sí. Todas las zonas remolacheras con una estructura de costes saneada y buenas producciones son estratégicas para nosotros, con independencia de su distancia a la fábrica. Trabajaremos en eficiencias logísticas que nos permitan reducir este coste.
¿Continuaréis ofreciendo los mismos tipos de contratos como el cultivo compartido?
Por supuesto, el cultivo compartido es muy valorado por muchos de nuestros remolacheros, porque además de darles seguridad agronómica, les permite acceder a insumos y servicios a precios competitivos a través de las empresas de servicio que trabajan con nosotros. Seguiremos apostando por este modelo y mejorando nuestro servicio al agricultor.
¿Seguiréis contando con técnicos de campo que asesoren y ayuden a mejorar el cultivo a los agricultores?
Por supuesto, la figura del técnico de campo es un sello de identidad de Azucarera. Seguiremos estando cerca y asesorando a los agricultores durante todo el ciclo del cultivo a través de nuestro equipo de técnicos de campo.
¿Con esta reestructuración vais a pagar más la remolacha en el futuro?
La reestructuración nos va a permitir ser más competitivos en el futuro reduciendo costes y concentrando la inversión en una sola fábrica de remolacha en el norte. Esto también nos ayudará a concentrar esfuerzos en el campo para mejorar las producciones y ofrecer mejores márgenes a los agricultores.