El objetivo durante la recolección es conseguir que la raíz se arranque entera, sin roturas ni heridas, y minimizar la cantidad de hoja y tierra recogida junto a la remolacha.
Las heridas y la tierra adherida resultan en un incremento de respiración de la raíz durante el almacenamiento y en una mayor incidencia de pudriciones, ocasionando la pérdida de azúcar.
El descoronado óptimo de la remolacha se produce con un corte de sección próximo a una moneda de 2 €.
En cuanto a la gestión del montón en campo, se procurará:
Nunca se debe almacenar remolacha en el centro de la parcela, posibilitando así su carga en condiciones adversas. En cualquier caso, si se consideran los caminos de acceso intransitables durante un periodo de lluvias, es importante transportar la remolacha a otra ubicación en la que este hecho no sea limitante.
La superficie donde se ubica el montón debe ser lisa y dura, sin piedras ni roderas, y con una ligera pendiente para favorecer la evacuación del agua de lluvia
La ubicación idónea estará protegida de vientos de procedencia Norte, es decir, con espacio suficiente para formar los montones en sentido Norte-Sur y así exponer únicamente una de las caras cortas.
Si la remolacha se añade al montón de forma continua, el acceso al montón debe ser por ambos extremos y así poder cargar primero la remolacha antigua.
La forma óptima es rectangular, nunca redonda, para conseguir una mayor aireación y por tanto menor temperatura interna que provoque menores pérdidas de sacarosa por respiración.
La altura máxima aconsejada es de 2,5 m y constante a lo largo del montón.
Si la carga se realiza con una limpiadora cargadora, la longitud no debe exceder los 7 m
Es necesario evitar la incorporación de tierra y restos vegetales, su presencia incrementa la temperatura y por tanto la pérdida de sacarosa por respiración y la aparición/agravamiento de podredumbres.